Elena Neira acaba de presentar su libro “La Otra Pantalla” (Editorial UOC). De la conversación que mantengo con ella concluyo que quienes vivimos del medio televisivo podemos estar tranquilos. La televisión no ha muerto. Sólo está cambiando. Me dice Elena, es cierto, que “a la televisión convencional con parrilla rígida le queda poco tiempo” ante la llegada de “las nuevas generaciones, que ven televisión a demanda”, adaptada a sus horarios y preferencias.
LOS CONTENIDOS DEBEN SER LÍQUIDOS
Si la televisión cambia, ¿debemos cambiar también los periodistas?
Elena recuerda que cuando ella empezó a trabajar en el grupo Z, se hablaba ya entonces de la necesidad de adaptarse a la redacción multimedia. “Se nos decía que los contenidos tenían que ser líquidos para adaptarse a todos los formatos, que teníamos que desarrollar actitudes no beligerantes hacia el consumo en movilidad y que debíamos asumir que había entonces muchísimos canales para recibir la información”. Por eso, los periodistas “deben adaptar su discurso al medio que están usando”.
LA ACTUALIDAD YA NO ESTÁ EN LA TELEVISIÓN..
El consumo de información es ahora más “variado y heterogéneo” que nunca. La actualidad ya no está sólo en la televisión, “no hay que esperar a los titulares del día siguiente o a periódicos vespertinos” sino que prima la “información en tiempo real, sin filtros ni intermediarios”.
…PERO LOS PERIODISTAS DE TELEVISIÓN SIGUEN SIENDO NECESARIOS.
Elena Neira defiende la necesidad de contextualizar la información. Y para ello es el periodista el profesional mejor preparado. “La información inmediata es peligrosa, hay que profundizar en ella, no todo va a la misma velocidad del móvil”, me dice.
LA “ATENCIÓN DE PEZ”
El modelo basado en el smartphone es el responsable de que tengamos “la atención de pez”, pues “estamos sobreestimulados, tendemos a la multitarea” y prima el vídeo “como la principal fuente de información, porque la imagen se procesa más rápido que el texto”. Pero, atención periodistas, si utilizamos el vídeo como señuelo “hay que tener responsabilidad” y ser honesto.
HASTA LOS MEDIOS MÁS PRESTIGIOSOS SE APRESURAN.
Ocurrió el pasado 11-S en Estados Unidos. El desfallecimiento que sufrió ese día Hillary Clinton, durante los actos de conmemoración de los atentados, fue aprovechado inmediatamente por el entorno de Donald Trump para filtrar información sobre la supuesta mala salud de la candidata demócrata. “La noticia fue titular durante cinco horas, el peso de la imagen de una persona que desfallece permanece en la retina y las redes sociales hacen que la información circule a velocidad imparable, la gente que recibió el impacto del desfallecimiento no concluyó que simplemente había sido un desmayo”, algo leve. ¿Cómo tendrían que haber reaccionado los medios? Elena Neira defiende “dedicarle más tiempo a esperar”, habría que dedicarle “el mismo espacio a la ‘noticia’ que a la contextualización”.
LA TELE TE DA SORPRESAS, SORPRESAS TE DA LA TELE.
Le pregunto a Elena Neira si, en el proceso de investigación previo a la escritura del libro, descubrió algún hallazgo que le sorprendiera. Se llevó dos sorpresas:
La primera de ellas, es la evidencia de que, pese a la caída del techo de audiencia de las televisiones, este medio “tiene aún un músculo imponente, aún desde el punto de vista financiero”. También le sorprende el hecho de que el espectador, que se enfrenta ahora al problema de gestionar una “oferta infinita”, necesita “prescriptores externos o historiales de navegación para acceder al contenido” que quiere ver. Es decir, la parrilla tradicional “sigue influenciando el contenido bajo demanda, sigue siendo necesaria la publicidad de la televisión convencional”. Funciona así cierta inercia: “hay una maraña informativa heterogénea que tú confeccionas con personas y medios que se encargan de ponerte un contenido delante y que nos dicen ‘esto te va a molar’. Por una parte te monitorizan y por otra hay una prescripción interna. Si no la hay es imposible tener cultura televisiva”.
LA BBC COMO EJEMPLO.
A la autora de “La Otra Pantalla” le gusta la BBC porque “ha entendido el concepto de multiplataforma y de conexión con los millenials, que es el gran problema”. Sin embargo, en TV·3 el gran éxito entre los jóvenes de la serie “Merlí” se da, más que en la televisión lineal, en las otras pantallas.
¿QUÉ PASA CON LA PUBLICIDAD?
Que los nuevos espectadores pasen de ver televisión lineal es un problema para la televisión. Las cadenas “no quieren ni oír hablar de una tarifa conjunta de publicidad porque las tarifas son más caras” en televisión. “Cuando la publicidad no se vea, habrá que buscar otras alternativas” concluye Elena Neira.