
El Gran Anfiteatro del Colegio de Médicos de Madrid, situado en la calle Santa Isabel, tiene encanto, solera e historia. El auditorio forma parte de un edificio construido en 1831 y declarado bien de interés cultural en 1997. La Fundación para la Protección Social de la OMC celebró aquí su centenario, en un acto que tuve el honor de conducir. Lo primero que pensé, cuando entré por primera vez en este espacio, es que aquí sí se podría haber recurrido a esa fórmula con la que muchos oradores y presentadores han comenzado una intervención a lo largo de la historia. Aquello de “Aquí, en este marco incomparable…”.

Representantes de los Colegios de Médicos, beneficiaros de la Fundación y autoridades, compartieron un acto de celebración que resultó muy emotivo, sobre todo en el momento de la intervención de Sonia y José Manuel, dos beneficiarios de la Fundación.
Sonia de la Torre es beneficiaria y a la vez gestora de las ayudas de la Fundación en la provincia de Málaga. “Mi hijo mayor, Gonzalo, fue diagnosticado de Déficit de Atención e Hiperactividad y, como consecuencia de ello, tiene necesidades especiales, como Atención Temprana y Logopedia. Estas atenciones son muy costosas y acogernos a la prestación mensual de la Fundación nos facilita mucho la vida”, contó Sonia.

José Manuel Lozano recordó cómo tras la muerte de su padre, un médico de familia de Jaén, a los 29 años , su madre tuvo que hacerse cargo de él y su hermana. Esos dos niños pudieron estudiar una carrera gracias a la ayuda de la Fundación. José Manuel estudió Periodismo y hoy es redactor jefe de “Acta Sanitaria”. “Sentir el apoyo, acompañamiento y la ayuda de la Fundación y la profesión médica cuando más lo necesitas, hace que personas como yo hayan sido lo que soy”, aseguró Lozano.

El doctor Serafín Romero preside la Fundación para la Protección Social, además de la Organización Médico Colegial. La Fundación nació en 1917 “con la misión de aunar la solidaridad de todos médicos españoles hacia compañeros o familiares en situaciones de especial vulnerabilidad social”, según cuentan en su web. “Esta institución destina más de 14 millones de euros anuales a cerca de 3.000 beneficiarios en forma de prestaciones asistenciales, educacionales, para la conciliación de la vida personal, familiar y profesional, para prevención, promoción y protección de la salud y un servicio de atención social, así como un servicio de promoción de empleo médico”.
Para la organización del centenario, la Fundación contó con la ayuda del magnífico equipo de profesionales de Llorente & Cuenca. En la foto, la escaleta que me proporcionaron y la pajarita que me puse para presentar el acto. Intenté comprar una con fonendos o cualquier otro motivo médico, pero lo más relacionado con la profesión fue esta… con gafas.

