“Extraño pobo o noso. “Escravos” que votan ao amo, ao “señorito”, ao cacique, ao que manda, aos de sempre, pobo alienado e ignorante”.
Miguel Anxo Fernán Vello, diputado de En Marea en Madrid y cabeza de lista de esta coalición por Lugo en las pasadas elecciones gallegas, se desahogaba así en Twitter. Y la que se montó. El tuit, que el político e intelectual escribió a las 3:08 minutos de la madrugada, originó una cascada de reacciones. Muchas de ellas para defender a Fernán Vello, es cierto; pero debieron de ser mayoría los comentarios críticos cuando el propio diputado borró el tuit y lanzó otro, ya a las 12 y trece minutos del mediodía.
“Rectificar é preciso”, decía ahora. “En quente podemos expresar ideas desacertadas, o pobo falou e ten todo o meu respecto”. Y acabó diciendo: “as miñas desculpas se ofendín”.
Además, en unas declaraciones a Europa Press reconocía que su tuit había sido “desafortunado” y escrito “en un momento de visceralidad”. Y también acusó al PP, que había pedido su dimisión, de ser un partido donde “hai unha putrefacción xeral e non dimite ninguén”.
Pero sus disculpas me dejan insatisfecho. ¿Por qué?
Porque un político, tanto el que gobierna como el que está en la oposición, debe mostrar más templanza. Esto no supone que sus comentarios en las redes sociales deban ser blancos, vacíos de contenido. Por contra, deben ser directos, concisos y dar muestra de cuáles son sus ideas, su proyecto político; en definitiva, deben mostrar qué hay en su “disco duro”.
NUESTRO DISCO DURO: LOS “VALORES INAMOVIBLES”.

Todos, las personas y las instituciones, tenemos un disco duro dentro, como los ordenadores. Y, a medida que crecemos y vamos relacionándonos con los demás, debemos plantearnos con qué lo llenamos. Con qué ideas y valores queremos que se nos identifique. Ideas y valores inamovibles que guiarán nuestra actuación en sociedad en todo momento y, sobre todo, en situaciones de crisis.
Por muy mal día que hayamos tenido, por muy criticable que sea el comportamiento del contrincante político, por muy malos que hayan sido los resultados de nuestro partido en unas elecciones, nunca debemos contradecirnos con las ideas y valores que nos caracterizan.
Yo he sido uno de los tuiteros que han criticado a Fernán Vello. Valoro, de todos modos, su trayectoria política y cultural y no pongo en duda su honestidad y su “amor a Galicia”. Pero ¿y qué hay de su amor a los gallegos?
Me ha sorprendido intuir que ese amor que Miguel Anxo dice que nos profesa, se limita a los gallegos que le votan.