Alarma: el Community Manager de Moncloa puede haber caído en un inmenso tonel de almíbar

Perdonad el titular, que me ha salido muy El Mundo Today. Pero soy incapaz de tomarme en serio el tuit que el perfil oficial de Moncloa publicó ayer, 26 de julio, a las 20:21 horas. O el Community permanece retenido en un tonel de almíbar y súbitamente afronta la comunicación del Gobierno como puede hacerlo un influencer en Instagram, o… O… no sé, la verdad, qué puede haber pasado.

pedro sánchez manos
La foto muestra las manos del presidente de Gobierno. Solo las manos. Suficiente, según el Community Manager de Moncloa, para que se vea la «determinación» con la que actúa Pedro Sánchez.

Lo he pensado un poco más y creo que he encontrado una explicación. Es posible que en Moncloa se hayan planteado mostrar el lado más humano, más cercano y personal del presidente. Es lícito. Lo hacen todos los gobiernos, con más o menos acierto: estudian el comportamiento, las necesidades y las aspiraciones de los ciudadanos y diseñan un conjunto de acciones de comunicación orientada -lícitamente también- a incrementar el apoyo al líder y a su equipo.

Las fotos de Pedro Sánchez corriendo por los jardines de Moncloa o con las gafas que llevó durante el vuelo que le llevó a Bruselas entrarían dentro de esa estrategia. Esta es una palabra clave en comunicación: las decisiones no se toman (casi nunca) al azar, sino que responden a unos objetivos concretos. Se ha escrito mucho estos días sobre el parecido entre la estrategia del equipo de comunicación del presidente del Gobierno con la que pueden haber seguido Obama o Kennedy. «Una suerte de Jack Kennedy a la española», escribieron en Público. «La foto de Sánchez a lo Kennedy», en Verne de El País.

Pero los tiempos han cambiado. Ahora tenemos los memes. Ya existían, es cierto, en la etapa de Obama, expresidente considerado (creo que no exagero si digo que unánimemente), como el mejor comunicador de la historia reciente.  Ahora tenemos los memes, digo, como una señal de que los tiempos son diferentes. Si un político se pasa un poco de la raya en sus comunicaciones; si publica, por ejemplo, una foto en la que resulte solo un poco presuntuoso, o distante, o presumido, o desorientado…; si deja abierta la puerta a ser motivo de burla, entran por ese hueco miles de comentarios de internautas que ponen normalmente en su sitio a ese político.

Una máxima en comunicación dice que primero hay que hacer y después contar.  Empresas, instituciones, directivos, profesionales… Todos deben (debemos) contar a medida que vamos haciendo para ir «creando marca» y gestionar nuestra reputación. Si a nuestras extremidades, por ejemplo, las dotamos de una capacidad mágica para expresar cualidades como la «determinación» de todo un Gobierno, estamos incumpliendo esa norma. No contamos qué hacemos, sino que nos inventamos unas virtudes porque sí, porque lo decimos nosotros y ya está. La cuenta oficial de Moncloa en Twitter debería estar para otro tipo de mensajes.   

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